sueño y realidad
Reflexiones de una viajera (V)
El primer día que llegué a Bangkok me sentí desesperada. En ningún otro
país antes me había resultado tan difícil comunicarme con la gente.
Sentí una impotencia enorme, casi nadie hablaba inglés y además, la
gente que encontré ese día en mi camino parecían no tener la menor
intención de ayudarme. Me resultó tremendamente difícil incluso llegar
al hostel donde iba a alojarme, y eso que llevaba un papel con el nombre
escrito en tailandés. Al día siguiente la situación se repetía…no
hablaban inglés ni en la recepción, ni siquiera en el bar donde fui a
desayunar…a duras penas conseguí hacerme entender para tomar un café
con unas tostadas. Mi pensamiento comenzó a girar en círculos: «cómo voy
a llegar a mi destino si no me entiende nadie?», «me
voy a perder y luego no podré llegar hasta aquí», «me van a intentar
engañar»…. Cuando me dí cuenta de que estaba repitiéndome a mi
misma estos mensajes negativos y me estaba angustiando, tomé la
decisión de parar mi mente. «Así no voy a ninguna parte, cambia el chip
ahora mismo. Cambia tu actitud, sonríe y CONFÍA».
Tengo que decir que a
estas alturas del viaje ya llevo la mochila bastante cargada de
aprendizajes y lecciones, pero, sinceramente, una de las más importantes
que he interiorizado por la experiencia vivida estos meses es que hay
que confiar en la vida. He aprendido que debo poner todo lo que esté en
mi mano para conseguir lo que busque, pero una vez hecho eso, debo
confiar.
Todo está preparado para que ocurra de la forma en que lo
necesite. Ese día, cuando cambié mi actitud apareció un «ángel» que
me ayudó a resolver mi problema.
El otro
día volvió a ocurrir: necesitaba hacer urgentemente una llamada a España, (en Bangkok no
se encuentran fácilmente cabinas públicas para llamadas
internacionales), y apareció otro «ángel» que me prestó su teléfono.
Espero que no se me olvide nunca esto, pues lo importante es creer que
va ocurrir así…
Siem Reap, algo más que la guardiana de los templos de Angkor…
Esta ciudad no sólo es la antesala de los imponentes templos de Angkor.
También es una ciudad donde se puede aprender bastante sobre la historia
que ha definido la actual Camboya.
Tengo que decir que es un sabor
agridulce el que tengo en este momento, pues aunque hay rincones muy
bonitos para ver en Siem Reap, como su mariposario, sus pagodas o su Old
Market, me ha impactado mucho conocer la realidad que ha vivido este
país.
Camboya ha sido una nación maltratada por guerras con países
colindantes y por una atroz guerra civil que le llevó a uno de los
genocidios más aberrantes del pasado siglo, cuyos estragos se siguen
padeciendo por la población. Se estima que existen todavía en Camboya
unos 5 millones de minas antipersona, y actualmente 1 de cada 250 camboyanos son víctimas de las minas. En el Museo de Minas Antipersona se
puede obtener mucha información sobre este tema, gracias a la
impresionante
labor de su fundador, Aki Ra. Recogen donaciones en:
www.cambodialandminemuseum.org
Otro hecho impactante ha sido conocer algo más del genocidio llevado a
cabo durante los años 70, en los «3 años, 8 meses y 20 días del mandato de Pol Pot». Es curioso, aquí recuerdan este tiempo así, (como
si de una condena se tratase) y fue bajo su régimen que se llevó a cabo el exterminio de unos
3 millones de personas, en su mayoría chicos jóvenes y bien preparados.
Es doloroso ver el sufrimiento que ha vivido este país durante tanto
tiempo, y aún hoy, con todas las minas que aún quedan.
A Camboya le
queda todavía un largo camino por recorrer hacia una vida digna de su
gente, hay mucha pobreza en el país, ojalá que pronto disfruten por fin de una mejor
situación…
Fin de mi sexta etapa (Malasia)
cinco días los que he estado en este país, en su capital, Kuala Lumpur, pero
este tiempo me ha bastado para descubrir un lugar único, muy recomendable para
visitar, con una gran diversidad cultural y también con paisajes, playas y
rincones ideales para perderse y desconectar.
De nuevo me llevo una grata
experiencia del contacto con la gente que he conocido en mi camino por este país.
Tengo que reconocer que venía con algún prejuicio sobre el carácter de los
musulmanes, y de nuevo se rompen mis esquemas, la gente que me he encontrado se
ha desvivido por ayudarme y por hacerme sentir como en casa…
Batu, las grandiosas cuevas hinduístas
Cuevas de Batu son un maravilloso ejemplo de cultura hindú en
Malasia. Están formadas por tres grutas. La más famosa es la Cueva
Templo, con una rampa de 272 escalones, salvaguardada por la estatua
de Murga de 43 metros, la más alta del mundo. Dentro alberga un
santuario, donde se realizan ofrendas y ritos hinduístas, y donde
peregrinos de todo el mundo acuden en el mes de febrero para
realizar sus sacrificios y presentar sus peticiones y ofrendas.
otras dos grutas son la Cueva Oscura y la Cueva Casa, con pinturas y
esculturas hinduístas y que ofrece espectáculos de danza.
de la Cueva Templo
Kuala Lumpur (II), fusión de tradición y modernidad…
ese aspecto tradicional, Kuala Lumpur es una ciudad moderna y dinámica, que
mira al futuro desde sus gigantes Torres Petronas, (fueron los rascacielos más
altos del mundo hasta el 2004).
observar también unas vistas magníficas de la ciudad desde la Torre Menara
Kuala Lumpur, muy cerquita de las Petronas, en la zona conocida como «Triángulo de Oro», con rascacielos y edificios financieros.
Kuala Lumpur Menara
de la ciudad y se puede admirar la arquitectura colonial. Muy cerca de esa
plaza encontramos el barrio de Chinatown y también el de Old Little India, con
coloridos puestos donde se puede encontrar prácticamente de todo.
* Alojamiento: Backhome Hostel, Jalan Tun HS Lee, 30, Kuala Lumpur.
Reflexiones de una viajera (IV)
sé que me queda mucho
por recorrer en mi camino hacia la tolerancia y también sé que lo estoy analizando con mi prisma
de valores occidental, pero cada vez que veo a una chica con un burka siento
como un pellizco en el corazón.
Tanto si es por razones culturales,
religiosas o por tradición
familiar, o por una mezcla de todas ellas, para mí es algo así como si decides meter una preciosa
flor en una caja para evitar que su belleza o su olor te seduzcan y quieras
tocarla. Sólo que la
gran diferencia es que en este caso esa flor es un ser humano, piensa, siente,
sonríe, se ruboriza, se
enfada, se asusta.. pero muchas de esas emociones no puedes verlas, porque están escondidas detrás de una tela oscura.
he visto: una mamá con un burka intentando calmar a su bebé en el carrito, que
estaba llorando, por ejemplo. Por qué privar a tu hijo de poder disfrutar de tu
sonrisa, de la dulzura de tu rostro al mirarle? O una niña de unos cinco años
vestida de negro de los pies a la cabeza mirando mi camiseta rosa y mi pantalón
de colorines. No me acostumbro.
rato. Ella llevaba un burka negro, sólo se le veían los ojos, me di cuenta de que había desarrollado una
capacidad especial para ser mucho más expresiva que otras personas al hablar. Con
sus ojos me transmitía emoción. Me hubiera gustado preguntarle porqué lo llevaba o,
simplemente, si era feliz así o si tan sólo estaba resignada. Pero, lamentablemente, la profundidad de la conversación
no daba para eso.. Me quedé con la duda. Me gustaría llegar a entenderlo. Si esa
cárcel es consentida o impuesta. Pero saber la respuesta de verdad.
que pensar. En una sociedad y en una familia en la que eso es lo que te hace
formar parte de tu grupo, afianzar ese sentimiento de pertenencia que todos
buscamos, desde pequeños, ese querer que nos quieran, que nos acepten.. qué haríamos
cada una de nosotras si el decir “no”, el seguir otro camino implicase el rechazo generalizado de las
personas que más quieres?
Fin de mi quinta etapa (Indonesia)
Jakarta…mucho ruido, coches, calles llenas de agujeros, sin aceras, con mucha contaminación…y
para colmo hoy, de despedida, en el restaurante al que he ido a cenar,
después de llevar todo el día sin comer nada, he visto dos ratas
enormes que me han quitado las ganas de terminarme mi nasu goreng..y eso
que estaba picante a más no poder, incluso después de haber enseñado
al camarero un papel donde estaba escrito en indonesio, «picante no, por
favor». De Bali, en cambio, me quedo con todo, (excepto con Denpasar)…es
un lugar hermoso para pasar unos días desconectando de todo,
descubriendo paisajes maravillosos y respirando cultura y tradición…
Indonesia tenía la idea de que me iba a resultar más difícil conocer gente y
poder entablar conversaciones, sobre todo a causa del idioma y, quizás también por
la diferencia cultural. De nuevo, las ideas preconcebidas que uno tiene se
esfuman al comprobar que se puede conectar fácilmente con los demás si dejamos
de lado las diferencias y nos centramos en lo que nos une, que, normalmente, es
más que lo que nos separa.
este país a gente encantadora, amable, generosa, y hemos conversado sobre
inquietudes, sueños y lo que para cada uno es importante… y eso, he podido
comprobar, no conoce fronteras, ni razas, ni religiones…
indonesias en el Museo Wayang
Reflexiones de una viajera (II)
Ayer estuve conversando en Yakarta con amigos de varios países sobre distintos temas y hablamos de lo que significaba para cada uno de nosotros viajar. Uno de ellos nos confesó que ahora, después de haber probado la experiencia de viajar solo, tenía un gusanillo enorme por seguir haciéndolo siempre, y nos preguntaba esperanzado si ese sentimiento se pasaba con el tiempo, si luego no serían tan fuertes como las sentía ahora las ganas de seguir descubriendo mundo, culturas, quería saber si con el tiempo ese ansia se acaba apaciguando … Los demás nos miramos entre nosotros sonriendo y le tuvimos que decir la verdad…Ese es el riesgo: una vez que lo pruebas y te gusta… estás perdido …esas ganas de descubrir, de conocer, de compartir y de viajar ya no desaparecerán en tu vida, una vez que empiezas ese camino no hay marcha atrás… Habrá ocasiones en las que no podrás explicar cómo te sientes, pero es la sensación de formar parte del mundo, de estar conectado con personas de cualquier país, la libertad de poder elegir y diseñar tu camino, improvisando y siempre abierto a las experiencias, el fluir con lo que te va deparando la vida cada día, el empezar cada día sabiendo que es diferente a lo que ya conoces y controlas…eso ya lo llevarás por siempre dentro de ti y habrá cambiado tu forma de interpretar el mundo y a los demás para siempre. Te habrá permitido, además conocerte más a ti mismo, cómo te desenvuelves en situaciones donde sólo te tienes a ti mismo, no estás amparado por nadie, porque el viaje lo organizas tú, tú eres el máximo responsable de todo, no hay nadie al que echarle la culpa si algo sale mal..así que dejas de lamentarte por lo que debería o podría haber sido y aprendes a resolver, simplemente, y, además, a disfrutar de esos imprevistos o contratiempos.
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San Francisco, una ciudad que te enamora…
No tenía muy claro si llamar a este post «la ciudad de la niebla» o «la ciudad de las cuestas gigantes», creo que ambos aspectos la definen. Pero, tal y como me advirtió mi buen amigo Hans, al cabo de unos días viviendo en esta ciudad acabas irremediablemente enamorado de ella.
San Francisco es una ciudad viva, llena de novedades cada día, que seduce por sus edificios, sus parques, sus rincones para pasear, su gente y su calidad de vida.
Intenté ver en tres ocasiones el famoso Golden Gate Bridge, y me resultó imposible por la niebla hasta el cuarto día… aunque, como si se tratase de una novia que hace esperar a su amado en el altar y, cuando llega, está tan radiante y bonita que todo se le perdona, me quede fascinada cuando lo ví resplandecer delante de mí.
Uno de los sitios más dinámicos de la ciudad es el Pier 39, un muelle donde hay un montón de restaurantes, sobre todo de marisco, de cafeterías y, sobre todo, mucha animación. No hay que perderse los cocktails de gambas, o el clam chowder, que es un pan redondo que rellenan con una especie de sopa de marisco. Del Pier 39 parten varios tours para visitar Sausalito, Tiburón, Muir Woods, o el Golden Gate Bridge.
* Alojamiento: Amsterdam Hostel, 749 Taylor Street.