México: el fascinante país que canta a la vida y se ríe de la muerte…

Tres semanas en Yucatán y Quintana Roo (México): un viaje entre cenotes, selva y mar Caribe

Este verano ha sido súper viajero para mí y en agosto he tenido la suerte de cumplir un viaje que llevaba tiempo rondándome la cabeza: recorrer México junto a mi pareja durante tres semanas. Una ruta que nos hacía mucha ilusión a los dos, llena de contrastes, con naturaleza desbordante, cultura maya, playas infinitas y colores que se me han quedado grabados en la memoria.

Os comparto nuestro recorrido porque sé que muchos estáis pensando en viajar por la península de Yucatán y quizá os pueda servir de inspiración. No es una guía cerrada, sino más bien un relato de lo vivido, con los lugares que me han emocionado y que me llevo en mi mochila de recuerdos.


Día 1: Llegada a Cancún

Aterrizar en Cancún siempre es un baño de realidad: calor húmedo, sonrisas hospitalarias y esa mezcla de caos y vida que caracteriza a las ciudades del Caribe mexicano. Fue solo una primera parada antes de arrancar oficialmente la aventura.


Días 2-3: Holbox, la isla de la calma

De Cancún a Chiquilá (unas dos horas en coche) y después un ferry de 20 minutos nos llevó a Isla Holbox, un paraíso sin coches donde todo invita a bajar el ritmo y los desplazamientos se hacen en bicicleta o en “carritos de golf” ya que con los caminos de arena es lo más sencillo.

Holbox

Holbox

Lo más especial aquí fue el tour del tiburón ballena, nadar junto a estos gigantes nobles del mar fue una experiencia transformadora. Y por la noche, el tour de la bioluminiscencia: el agua brillaba con cada movimiento, como si fueran estrellitas atrapadas bajo la superficie. Puro espectáculo natural.


Días 4-5: Río Lagartos y Las Coloradas, manglares y flamencos

Tres horas de coche y llegamos a este pequeño rincón de manglares. Río Lagartos es un pequeño pueblo costero y puerta de entrada a la Reserva Natural protegida, (Ría Lagartos), en el litoral norte de la península de Yucatán. La reserva es reconocida por su gran biodiversidad, incluyendo manglares, aves como el flamenco rosa del Caribe, reptiles y peces. Este lugar es un importante santuario ecológico. Aquí vivimos una de las excursiones que más disfruté: en barca por la reserva, vimos flamencos rosas en libertad, cocodrilos y un paisaje surrealista en Las Coloradas, donde el agua se tiñe de rosa intenso. Dormir en Río Lagartos fue todo un acierto, lejos de la multitud, con la brisa marina como banda sonora.

Flamencos en Ría Lagartos

Cría de cocrodilo en Ría Lagartos

Las Coloradas


Días 6-7: Valladolid y sus cenotes mágicos

Valladolid me sorprendió muchísimo: un pueblo colonial con callecitas de color pastel, el Convento de San Bernardino y la Calzada de los Frailes. La guinda fueron los cenotes, donde el tiempo se detiene: 

  • Cenotes Palomitas y Sac Aua, rodeados de naturaleza y menos transitados.

Cenote Palomitas

Cenote Sac Aua

  • Cenotes Xkekén y Samulá, dos cenotes subterráneos impresionantes, con haces de luz entrando por la bóveda.

Cenote Xkekén

Cenote Samulá


Día 8: Chichén Itzá y el Cenote Ik Kil, pura historia

Visitar Chichén Itzá temprano, antes del calor y de las multitudes, es esencial. Impresiona imaginar la vida en esa ciudad maya, las esculturas, los templos, el juego de pelota… Después, un baño refrescante en el cenote Ik Kil, con sus raíces colgantes, fue el cierre perfecto.
Esa tarde pusimos rumbo a Mérida.

Chichen Itzá- Templo de Kukulkán

Cenote Sagrado en Chichen Itzá- Chen Ku

Cenote Ik Kil, cerca de Chichen Itzá


Días 9-10: Mérida y su gastronomía

Mérida es cultura viva. Pasear por el Paseo de Montejo, visitar mercados, disfrutar de sus plazas y escuchar música en directo se convirtió en uno de los puntos más entrañables del viaje. Y, por supuesto, probar la gastronomía yucateca (la cochinita pibil es un imprescindible) fue un regalo. Además, no faltó la noche de baile en La Negrita, un espacio lleno de ritmo y buen ambiente.

Mérida


Días 11-12: Bacalar y la laguna de los siete tonos de azul

Después de un buen tramo en coche (unas 5 horas), llegamos al paraíso: la Laguna de los Siete Colores en Bacalar. Aquí el plan fue simple: dejarse llevar. Hicimos un tour en velero, navegando entre cenotes y pasando por el Canal de los Piratas. El agua cambia de azul a turquesa a verde, es un mosaico de colores precioso. En la Laguna visitamos los cenotes que se esconden allí: el Esmeralda y el Negro, además de bañarnos en el enorme Cenote Azul, abierto y de aguas profundas.

Laguna de los 7 colores de Bacalar

Laguna de Bacalar


Días 13-14: Tulum y sus ruinas junto al mar

Las ruinas mayas frente al Caribe son de postal y en sus alrededores exploramos el Cenote Dos Ojos, un sistema subterráneo cristalino y fascinante.

Ruinas de Tulum

Cenote Dos Ojos, Tulum


Día 15: Akumal y sus tortugas marinas

Uno de los momentos más emocionantes del viaje fue nadar en Akumal junto a tortugas marinas en libertad. Verlas nadar plácidamente a tu lado es un recuerdo que siempre recordaré. Después, continuamos nuestro camino hasta Cozumel.

Nadando con tortugas en Akumal


Días 17-19: Isla Cozumel y el paraíso submarino

Cozumel enamora a quienes aman el mar. Hicimos snorkel y buceo en lugares como El Cielo, (lleno de estrellas de mar, de ahí su nombre), el Palancar y Columbia, arrecifes llenos de vida y colores. Las playas tranquilas te invitan a quedarte más de lo previsto. Nadar junto a un montón de rayas fue también una experiencia maravillosa para mí.

Snorkel en Cozumel


Atardecer en Cozumel

Días 20-23: Cancún y Puerto Morelos

Los últimos días regresamos a Cancún y desde allí visitamos Puerto Morelos, perfecto para hacer snorkel y despedirse del mar Caribe. Cancún fue el broche final del viaje, con sus playas turquesa y su aire vibrante.


Reflexiones

Tres semanas en México se sienten como un suspiro y a la vez como una inmersión profunda en un país lleno de contrastes. Nos llevamos en nuestras mochilas la amabilidad y sonrisa de su gente, el sabor y diversidad de su gastronomía, el frescor y la relajación en sus cenotes, el latido de la cultura maya y la calma infinita y los colores del mar Caribe.

Nuestro itinerario combina bastante carretera, pero a cambio nos ha regalado paisajes que cambian día a día y experiencias inolvidables.

México ya está en mi lista de “volver” y, si tienes este viaje en mente, prepárate: no te dejará indiferente.

Atardecer en el Caribe

RECOMENDACIONES

RESTAURANTES

  • La Mojarrita- Río Lagartos
  • Seafood El Rincón de Rio Lagartos- Río Lagartos
  • Restaurante El Atrio del Mayab- Valladolid
  • La Chaya Maya- Mérida
  • Restaurante Sunset- Cozumel
  • Restaurante Marinero’s- Cancún

ACTIVIDADES

  • AVISTAMIENTO TIBURONES BALLENA: MY HOLBOX TOURS
  • TOUR BIOLUMINISCENCIA- GET YOUR GUIDE
  • ADVENTURE LAS COLORADAS AND RIO LAGARTOS
  • TOUR EN VELERO POR LA LAGUNA DE LOS SIETE COLORES- Trip Advisor
  • TOUR EL CIELITO, PALANCAR Y COLUMBIA- CAPITAN TEQUILA- https://www.capitantequila.com/
  • SNORKEL TOUR PUERTO MORELOS- Importante saber que no se puede llevar tu propia cámara para hacer fotos en el tour.

ALOJAMIENTOS

• Mezcal Hotel Cancún, Cancún
• Hotel Spirit Holbox, Holbox
• Hotel Rio Lagartos, Río Lagartos
• Casa Quetzal Hotel, Valladolid
• Hotel Lavanda, Merida
• The Yak Lake House, Bacalar
• Sivana Tulum, Tulum
• Villablanca Garden Beach Hotel, Cozumel
• Hotel Aloft, Cancún

Mi ruta por el Este de Europa- Parte II

Un mes, ocho países y miles de kilómetros: mi ruta por el Este de Europa, (Segunda parte)

Croacia me gustó más de lo que esperaba, aunque es tan bonito que en los días que estuve allí estaba demasiado masificado, sobre todo Split y Dubroknik. Me pareció un país con una naturaleza y paisajes maravillosos, me quedo con el Parque Nacional de los Lagos de Plitvice, que es uno de los parques naturales más impresionantes de Europa, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1979. Sorprenden sus 16 lagos conectados entre sí por cascadas y situados en una zona montañosa boscosa de unas 30.000 hectáreas, prácticamente monopolizada por los bosques de haya.

Lagos Plitvice, Croacia

Lagos Plitvice, Croacia

Split, casco histórico

Dubrovnik

Dubrovnik

También me hechizaron Split y Dubrovnik, que son dos joyas históricas, cada una con un casco antiguo único que refleja siglos de historia y cultura mediterránea. El casco antiguo de Split, corazón de la ciudad actual, se organiza alrededor del imponente Palacio de Diocleciano, (finales del siglo III d.C) donde sus murallas, calles y plazas mantienen la estructura romana original. Fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1979, al igual que el casco histórico amurallado de Dubroknik.

Cataratas Krka, Croacia

También tuve oportunidad de hacer un recorrido por la bahía de Kotor, Montenegro, también declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1979.  Es un espectacular fiordo que se adentra unos 28 kilómetros, rodeado por elevados macizos montañosos de los Alpes Dináricos. Se le conoce como el “fiordo más meridional de Europa”, aunque en realidad es un antiguo cañón sumergido del río Bokelj.

Bahía Kotor, Montenegro- Iglesia de Nuestra Señora de las Rocas

Después seguí mi recorrido hacia Bosnia-Herzegovina, que me tocó el alma. Mostar y Sarajevo me obligaron a mirar de frente la historia reciente, a la vez que me mostraron la resiliencia de su gente.

Stari Most- Puente de Mostar (Bosnia)

Ayuntamiento Sarajevo- Bosnia

Interior del Ayuntamiento de Sarajevo- Bosnia

En Serbia visité Belgrado, que al principio no me gustó como ciudad, pero, una vez más, me acabó conquistando cuando conocí a personas de allí y pude tener conversaciones que me descubrieron interesantes matices de su cultura, historia y tradición. Por cierto, el templo de San Sava me dejó con la boca abierta y el barrio bohemio de Skadarlija me fascinó.

Templo de San Sava- Belgrado (Serbia)

Templo de San Sava- Belgrado (Serbia)

Catedral Alexander Nevsky- Sofia (Serbia)

Monasterio de Rila- Bulgaria

Monasterio de Rila- Bulgaria

Plovdiv

Arte urbano en Plovdiv- Bulgaria

Bulgaria, con Sofía como colofón, fue el cierre perfecto: tradición, espiritualidad y esa mezcla de lo europeo y lo oriental que tanto la define. En mi opinión es muy recomendable visitar el impresionante Monasterio de Rila y la ciudad de Plovdiv.

El viaje más allá de los mapas 🌍

No fue solo una colección de ciudades, ni tampoco un maratón de sellos en el pasaporte. Este mes me enseñó que viajar por tierra, despacio, es aprender a escuchar los matices: cómo cambia el paisaje de una frontera a otra, cómo ese paisaje influye en el carácter y, sobre todo, me ha permitido llevarme lo más importante que me he traído siempre en mi mochila.

Arte urbano en Plovdiv- Bulgaria

En esa ocasión me ha permitido escuchar y entender mejor la historia de estos pueblos y de los duros años de guerras, fragmentación y conflictos que han vivido y que son heridas que todavía me ha parecido que no están del todo curadas.

He podido comprender cómo una guerra que ocurrió hace más de 100 años fue la base para las dos explosiones de violencia que sacudieron este continente en la primera y segunda Guerra Mundial. En Sarajevo, he estado alojada en una casa en la misma esquina donde asesinaron al archiduque Francisco Fernando en Sarajevo en 1914 que fue el detonante que desencadenó la Primera Guerra Mundial.

He comprobado cómo aún hoy existe culpabilidad y vergüenza en muchas personas de estos países, por sentir responsabilidad de que su país hubiera participado, encubierto o alentado las masacres que se produjeron durante estas dos guerras.

Arte urbano en Plovdiv- Bulgaria

He escuchado testimonios terribles de familias rotas, de pueblos oprimidos y divididos por líneas de mapas que se decidieron en despachos en el reparto después de la guerra. Me ha dado mucho que pensar. Las personas que he ido conociendo en el camino, una vez más, me demuestran que lo único que quieren es poder vivir en paz con su familia.

Qué pena cuando los gobernantes o políticos solo miran al pasado para azuzar sentimientos de venganza, en lugar de aprender de los errores de nuestra historia y mirar hacia el futuro, para construir un mundo donde podamos vivir juntos, en paz.

Ojalá no se repitiera esta violencia contra nuestros semejantes, pero es lo que sigue ocurriendo actualmente en el mundo. Mi esperanza está con la gente más joven que he ido conociendo en mi ruta… el querer mirar hacia delante, perdonar y convivir en paz, eso hará que éste, nuestro mundo, nuestra humanidad, sea sostenible.

Al final fueron ocho países, dieciséis ciudades y más de 3.500 km de historias pequeñas que hicieron grande mi mochila: conversaciones inesperadas en autobuses, lluvias repentinas que obligaron a improvisar y la certeza de que moverme así, sin prisa pero sin pausa, me conecta de verdad con el mundo.

De este viaje volví a casa con la mochila y mi corazón llenos. Y si algo puedo recomendar es esto: el Este de Europa tiene mucho que enseñar si sabes mirar y escuchar con calma.

RECOMENDACIONES:

RESTAURANTES

  • Pier Bistrot- Split- Croacia
  • Cevabdzinica Zeljo, (especialidad Ćevabdžinica) – Sarajevo- Bosnia
  • Cafetería Art Kuća Sevdaha- (especialidad sorbete de rosa) – Sarajevo- Bosnia

ALOJAMIENTOS

•            ZAGREB (CROACIA) ZAGREB SPEEKA HOSTEL, ZAGREB

•            SPLIT (CROACIA): CROPARADISE HOSTEL

•            DUBROVNIK (CROACIA): GUEST HOUSE GUGILY

•            MOSTAR (BOSNIA Y HERZEGOVINA): PANSION OSCAR SUMMER GARDEN

•            SARAJEVO (BOSNIA Y HERZEGOVINA): STUDIO PARK

•            BELGRADO (SERBIA): HOSTEL IRIS

•            SOFIA (BULGARIA): HOSTEL MOSTEL

ACTIVIDADES

  • Museo de las Relaciones Rotas- Zagreb- Croacia
  • Excursión a las Cascadas de Krka- Split- Croacia

Mi ruta por el Este de Europa- Parte I

Un mes, ocho países y miles de kilómetros: mi ruta por el Este de Europa

Este verano ha sido, sin lugar a dudas, uno de los más intensos y gratificantes de mi vida viajera. Salí de casa con mi mochila, mucha ilusión, mis mariposas del estómago cada vez que comienzo ruta y sin saber del todo lo que suponía moverme durante un mes por tierras del Este: Polonia, Hungría, Eslovenia, Croacia, Montenegro, Bosnia, Serbia y Bulgaria.

El itinerario sobre ruedas 🚍

La idea desde el principio era clara: hacerlo todo por tierra, para palpar cada frontera, cada cambio de idioma, de paisaje, de moneda y de energía. Así que el recorrido fluyó más o menos así:

Varsovia – Cracovia – Budapest – Liubliana – Bled – Zagreb – Plitvice – Split – Dubrovnik – Krka – Montenegro – Mostar – Sarajevo – Belgrado – Sofía.

Entre buses y algún que otro tren, la cuenta aproximada superó los 3.500 kilómetros. Parece una barbaridad, pero cuando lo vives a ritmo pausado, cada tramo se convierte en parte del viaje, no solo en un medio para llegar.

Lo que me llevo de cada parada ✨

Polonia me abrazó con su historia y sus cicatrices aún visibles, entre la solemnidad de la Varsovia reconstruida y la belleza de la intacta Cracovia. Me resultó amargo comprobar que el centro histórico de Varsovia fue prácticamente destruido en más del 85% por las tropas nazis durante la Segunda Guerra Mundial, aunque también comprobé admirada que, tras la guerra, los ciudadanos polacos llevaron a cabo una reconstrucción meticulosa del casco antiguo, restaurando iglesias, palacios y la plaza del mercado, lo que ha convertido a Varsovia en un ejemplo único de reconstrucción de patrimonio histórico. Una vez más compruebo que los seres humanos somos capaces de conseguir la destrucción más absoluta o el renacimiento más maravilloso.

Varsovia

Varsovia

Cracovia en cambio tuvo el agridulce privilegio de no ser destruida durante la Segunda Guerra Mundial. El motivo principal fue que los nazis prefirieron transformarla en un centro administrativo, preservando así su patrimonio arquitectónico. Macabro privilegio.

Cracovia

Castillo Wawel- Cracovia

En la basílica de Santa María de Cracovia, situada en la Plaza Mayor, a las 12 del mediodía se puede escuchar el toque de trompeta (hejnał) que proviene de la torre más alta de la iglesia. Es muy recomendable ver cómo una monjita abre a esa hora el retablo dentro de la basílica, es precioso ese momento…

Budapest

Hungría, con Budapest, fue una gran sorpresa para mí: es una preciosa ciudad durante el día con sus monumentos emblemáticos como el Castillo de Buda, el Parlamento, el Puente de las Cadenas y los miradores como el Bastión de los Pescadores, desde donde se tienen vistas espectaculares de la ciudad y el Danubio. Pero por la noche la ciudad se transforma y se vuelve loca, con su ambiente vibrante y sus originales ruin bars, locales ambientados en antiguos edificios, ideales para disfrutar música, buen ambiente y mezcla de gente de todas las edades y culturas. Muy recomendable en mi opinión el Szimpla Kert, cerca de la Sinagoga, en el barrio judío.

Budapest

Budapest- desde Castillo Buda

Desde Danubio por la noche- Budapest

Eslovenia ha sido un descubrimiento en mi viaje. Un país verde con cerca del 60% de su territorio cubierto por árboles, lo que la convierte en uno de los países más boscosos de Europa. Las montañas, especialmente los Alpes Julianos, ocupan aproximadamente el 42% de la superficie de Eslovenia. Creo que es muy recomendable la visita al lago Bled, situado en los Alpes Julianos, que es un lago glaciar de unos 2 kilómetros de longitud y unos 30 metros de profundidad, famoso por sus aguas de color esmeralda que reflejan el paisaje de montañas y bosques que hay a su alrededor.

Liubliana

Liubliana- centro

Lago Bled- Eslovenia

RECOMENDACIONES:

RESTAURANTES

  • Restaurante Babci Maliny- Cracovia- Polonia
  • Klobasarna- Liubliana- Eslovenia
  • Ek Bistro- (Desayunos)- Liubliana- Eslovenia

ALOJAMIENTOS

•            VARSOVIA (POLONIA): SAFESTAY WARSAW OLD TOWN

•            CRACOVIA (POLONIA): AMBER HOSTEL

•            BUDAPEST (HUNGRIA): FLOW SPACES

•            LIUBLIANA (ESLOVENIA): HOSTEL 24

ACTIVIDADES

  • Crucero por el Danubio- SilverLane- Budapest- Hungría
  • Baños Gellért- Budapest- Hungría

Lago Bled- Eslovenia