El Amazonas, donde nace la vida…

En Perú, Iquitos es la puerta de entrada al Amazonas. Cuando llegas a Iquitos te das cuenta de que has llegado a otro mundo. A mí me ha resultado una ciudad aplastante, (y no me refiero sólo al calor)… Es una ciudad que aturde los sentidos: es hiper ruidosa, tiene unos 500.000 habitantes, pero más de 60.000 mototaxis, de todos los colores, que no paran de pitar y que circulan a toda velocidad en un caos aparentemente organizado, (aunque yo no haya logrado entenderlo). Estos grandes abejorros de metal van impregnando el aire con un olor a gasolina nauseabundo, (se nota que hay mucho petróleo en esta zona y es barato, por la alegría con la que lo gastan…). Ahora bien , como si de un purgatorio se tratase, todo se le perdona a Iquitos al entender que es la puerta de entrada al paraíso.

Atardecer en el Amazonas

Para llegar al Amazonas debes llegar a Nauta y previamente a Iquitos, (sólo se accede a estas poblaciones por barco o avión). Y, una vez en la selva, ya has conocido una de las grandes maravillas de la Naturaleza. En mi caso han sido tres días totalmente desconectada de la vida moderna, en un refugio en la selva, sin agua caliente, con electricidad sólo dos horas al día con un generador, con comida hecha con leña….pero, eso sí , conectada con la Naturaleza, los animales…y conmigo misma. En el refugio tan sólo estábamos Erison, (el dueño), Mary (la cocinera), Pancho, (el guía), Mario, (el barquero, ya que sólo se podía acceder al refugio en una barquita pequeña, que ellos llaman «peque-peque») y yo.

Junto a un seibo en la selva del Amazonas

Ha sido una experiencia increíble: adaptar el ritmo de tu día al sol, pasear, observar y escuchar atentamente la selva, aprender de Pancho los remedios medicinales que los indígenas obtienen de los árboles y plantas, los sonidos que emiten los animales para cazar, defender su territorio o reproducirse. He visto delfines rosados y grises, caimanes, serpientes, tarántulas, sapos gigantes, pirañas, gavilanes, halcones, osos perezosos,… 

Amanecer en el lago Piraña, Selva del Amazonas
También he aprendido a pescar, ejercitando mi paciencia, y he disfrutado tumbada simplemente en una hamaca mirando al Amazonas.
Es maravilloso darte cuenta de que todo lo que necesitamos para vivir y ser felices ya nos lo da la Naturaleza.
Cenando una piraña pescada por mí en el Amazonas
Recomendaciones:
* Hospedaje en Iquitos: Casa Pascana, calle Pevas, 133.
* Tour operador: Pascana Amazon Services, (Refugio Piranha)www.pascana.com


Lima, la ciudad desierto

Lima es la segunda ciudad más grande del mundo construida en un desierto,
después de El Cairo, en Egipto. A pesar de eso, tiene un elevado consumo de agua
por habitante, mucho más grande que el de la capital egipcia. La diferencia es
que Egipto cuenta con el Nilo, 20 veces más caudaloso que el Rimac, el río que
abastece Lima. Es por eso que en la ciudad se está llevando a cabo una campaña
de concienciación sobre el consumo del agua, como se puede ver en el Parque de
la Reserva, (o Parque del Agua), con un conjunto precioso de fuentes, con
espectáculo nocturno de luces y música y con una exposición permanente sobre el
agua y el consumo responsable.

Fuente Arco Iris, Parque de la Reserva

Además en Lima es interesante visitar su
centro histórico, la Plaza de Armas, (muy espectacular su cambio de guarda
al mediodía), la Catedral y su museo, la Iglesia de San Francisco, (las
catacumbas), la Plaza San Martín, la Plaza Grau, etc.

Catedral de Lima, Plaza de Armas

En el barrio de
Miraflores, en plena ciudad,se encuentra también una visita muy interesante: las ruinas de
Huaca Pucllana, que datan del año 200 d.C., pero fueron descubiertas hace 60
años y, por distintos motivos, no se empezaron a excavar y sacar a la superficie
hasta hace tan sólo 30 años. Son espectaculares, y muestran la forma de vida,
rituales de ofrendas, funerarios , etc. de las culturas lima y la wari, como
adoradores del mar.

Ruinas de Huaca Pucllana, Miraflores, Lima

También en ese mismo
barrio se puede pasear por el Malecón y el Parque del Amor, o ver el Torito de
Pucara, en el Parque Kennedy, que simboliza la abundancia y la prosperidad y
representa la fertilidad en la cultura andina. 

Torito de Pucara

Recomendaciones:
* Hospedaje: Hostel International Lima, calle Casimiro Ulloa.
* Restaurante: Perú Gourmet.

Cuzco, el ombligo del mundo

No me extraña que Cuzco, (o Cusco para los andinos), sea considerado el ombligo del mundo… Es realmente un lugar fascinante. No obstante, primero tienes que asimilar la broma con la que te recibe la ciudad, y que cada uno intenta sobrellevar con la mayor dignidad posible: tumbarte y reposar unas cuantas horas al llegar, ir a un ritmo pausado el primer día, comer ligero… y, cuando todo esto no funciona, tomar unas píldoras milagrosas contra el “soroche” que te calman ese temido mal de altura. Pero una vez salvado ese obstáculo, lo que Cuzco ofrece es maravilloso: una ciudad viva, amable, con una Plaza de Armas maravillosa, su espectacular Catedral, el Qorikancha, los mercadillos de artesanía, sus museos… 

Plaza de Armas en Cuzco

Además Cuzco es la puerta para poder descubrir el Valle Sagrado de los incas, una visita obligada para conocer la cultura inca y preinca, con lugares tan interesantes como Ollantaytambo, Pisac, Chinchero, Tambomachay, Pukapucara o Qenqo. En ellos se pueden encontrar ruinas arqueológicas que nos muestran el talento de los incas como ingenieros, arquitectos o astrónomos.

Ollantaytambo- Valle Sagrado
Al atardecer Cuzco es un lugar lleno de vida, con una oferta cultural amplia. Es muy interesante visitar el Centro Qosco de Arte Nativo, donde todos los días a las siete de la tarde se puede disfrutar de una muestra de danzas y músicas típicas de Perú. 
Danzas tradicionales en 
el Centro Qosqo, en Cuzco
Me ha encantado la visita a Cuzco, muy recomendable, sobre todo su tesoro de Machu Picchu , una experiencia para recordar toda la vida.

Recomendaciones:
* Hospedaje: Hostal Mallqui, calle Nueva Alta, 444, Cusco.
* Restaurante: La Pucara, calle Plateros, Cusco

Machu Picchu: Santuario sagrado de los incas

Tiene guasa la cosa. Se supone que esto es lo primero que escribo sobre el primer destino de mi viaje: Perú. Y resulta que no estoy segura de ser capaz de transmitiros con palabras lo que he sentido en Machu Picchu. Pues sí que empezamos bien. Y la verdad es que ya me lo habían advertido previamente: que si “no se puede explicar con palabras”, que si «hay que vivirlo para poder entenderlo”… En fin, que no se exactamente si es la concentración de energía, magnetismo de los materiales utilizados, los enigmas que rodean la construcción de esta maravilla, el que sea considerado un lugar sagrado para los andinos, la propia magnitud de la construcción o la belleza del lugar.. El hecho es que te quedas literalmente con la boca abierta. No en vano es el lugar mas visitado de Latinoamérica, considerado una de las Maravillas del Mundo desde el 2007, y uno de los tres caminos mas recorridos del mundo, (Camino Inca).  Para Perú el turismo a Machu Picchu supone la tercera fuente de ingresos más importante, después de la minería y la pesca, y unas 5.000 personas visitan diariamente este santuario.

Santuario Sagrado de Machu Picchu,
una de las Siete Maravillas del Mundo

Lo mejor de esta visita es descubrir junto a un buen guía (se puede contratar directamente en la entrada de Machu Picchu los servicios de uno), los secretos que envuelven este lugar. José Luis, nuestro guía, era antropólogo y nos ha hecho vibrar a todo el grupo con sus detalladas explicaciones. No hay que perderse el momento en el que te descalzas, estas en contacto con el suelo de Machu Picchu y te dejas envolver por la magia y la energía. O el momento en el que vas tocando las piedras gigantes con las que construyeron los templos y las casas y notas los miles de años de historia que llevan consigo… Impresionante vivencia!! Magnifico también el paseo en tren hasta llegar al santuario, la compañia que lo gestiona es Perurail,(www.perurail.com).

A llenar la mochila…

Ahora ya empieza la cuenta atrás… Han sido tres semanas de locura, con todos los preparativos, billetes, visados, vacunas, reservas.. Aún teniendo poco tiempo para prepararlo todo lo he hecho con tanta ilusión que me ha cundido el doble.. es esa sensación de que «fluyes», de que el tiempo pasa volando, estás absorto en lo que haces, porque como te apasiona no ves pasar las horas.
Mi ruta incluye conocer 9 países en los próximos 3 meses, empezando por Perú.
Ahora es momento de empezar a llenar la mochila. Físicamente espero llenarla lo menos posible, con lo imprescindible… mi espalda lo agradecerá.
Lo que sí pretendo hacer es traerla llena hasta los topes de experiencias, vivencias, momentos compartidos con otras personas en el camino, conversaciones y, en definitiva, de aprendizaje…
Espero compartir estas experiencias y emociones con vosotros…

Mi mochila

Sin miedo al cambio

Estos días estoy
hablando con muchos amigos, se van enterando de mi situación y se interesan por
saber cómo estoy y cuál va a ser mi siguiente proyecto. Me ven feliz, decidida,
y yo les explico que me encuentro así porque creo que esta situación es una oportunidad.
Creo que vamos pasando por etapas en la vida, en las que vamos aprendiendo, nos
aportan experiencias de desarrollo y mejora, de todas podemos sacar
aprendizaje, pero también tenemos que aprender a “dejar ir” las situaciones,
las cosas, y, a veces, las personas. Creo que es importante no aferrarse
demasiado a las cosas. Eso no quiere decir que no vivamos intensamente el
momento, el presente, las relaciones con los demás. Y también es importante
prepararnos para el futuro, planificar, saber hacia dónde queremos ir y
trabajar en esa dirección. Con “no aferrarnos” me refiero a la “dependencia”
que a veces tenemos de ciertas situaciones, y está relacionada con el “miedo al
cambio”. Debemos aprender a salir de “nuestra zona de confort”, a no tener miedo
a lo desconocido, a poder probar cosas nuevas, si realmente queremos tener
resultados nuevos o mejores… primero tenemos que probar. Y eso supone ser
valientes, decididos, arriesgarse a cambiar.

 

¿Por qué a veces nos limitamos mentalmente
pensando que las cosas que los demás hacen no las podemos hacer nosotros? Sí
que puedes hacer lo que te propongas… La diferencia entre hacer o no hacer es
querer con la suficiente fuerza como para poner en marcha todas las vías y los
recursos que necesitas para hacerlo realidad. Sólo hace falta querer de verdad,
estar lo suficientemente convencido. A partir de ahí ya te preocupas de que
todo gire de forma que te haga conseguir tu objetivo. Ahora bien, el primer
paso importante es saber realmente cuál es tu sueño. ¿Qué es lo que
quieres conseguir que te haría mover montañas para  alcanzarlo? ¿Qué es lo que sueñas hacer/conseguir/ser
en la vida? Es una pregunta sencilla, pero compleja a la vez. Y es la primera
pregunta que debes hacerte y que tú y sólo tú debes responder.

 

Great Ocean Road Melbourne (Australia)





 
 

 


Viajar…

Viajar es sagrado: la humanidad viaja desde la noche de los tiempos, en busca de caza, de pasto, de climas más agradables. Son raros los hombres que consiguen comprender el mundo sin salir de sus ciudades. Cuando viajas -y no me refiero al turismo, sino a la experiencia solitaria de viaje-, cuatro cosas importantes suceden en tu vida:
a) Estás en un lugar diferente. Entonces, las barreras protectoras ya no existen. Al principio esto da mucho miedo, pero al poco tiempo te acostumbras y pasas a entender cuántas cosas interesantes existen más allá de los muros de tu jardín.
b) Porque la soledad puede ser muy grande y opresora, tú estás más abierto hacia personas con quienes normalmente no cambiarías palabra, como camareros, otros viajeros, empleados de hotel o el pasajero sentado a tu lado en el autobús.
c) Tú pasas a depender de los otros para todo: conseguir hotel, comprar algo, saber cómo tomar el próximo tren. Descubres entonces que no hay nada malo en depender de los otros, sino que, por el contrario, esto es una bendición.
d) Estás hablando un idioma que no comprendes, usando un dinero cuyo valor desconoces, caminando por calles por donde nunca estuviste. Sabes que tu antiguo ´yo`, con todo lo que aprendió, es absolutamente inútil ante estos nuevos desafíos, y empiezas a descubrir que, enterrado allá en el fondo de tu inconsciente, existe alguien mucho más interesante, aventurero, abierto hacia el mundo y las experiencias nuevas.

Viajar es la experiencia de dejar de ser quien te esfuerzas en llegar a ser para transformarte en aquello que eres.
 
PAULO COELHO