¿No tienes miedo?
¿No te aburres?
¿No te sientes sola?
A pesar de llevar más de diez años realizando viajes sola por el mundo y aprendiendo y disfrutando inmensamente con ello, (creo que ya forma parte de mi esencia, esa pasión por descubrir y conectar con personas de todo el mundo), siguen siendo las tres preguntas que con más frecuencia me hacen muchas personas cuando hablo de esta forma de viajar. Tengo que reconocer que sigue sorprendiéndome. Jamás me he planteado estas preguntas cuando viajo. No sé si quizás estas reflexiones son las proyecciones de cómo se vería esa persona viajando sol@. Creo que los sentimientos son nuestras elecciones sobre qué emoción queremos seguir sintiendo en una situación dada. ¿Cómo sentir miedo si mi pasión por viajar me sube la adrenalina y las endorfinas de tal forma que no me quito la sonrisa de la cara en todo el viaje? ¿Cómo aburrirme si no dejo de descubrir lugares, costumbres, personas y situaciones nuevas que me permiten aprender? ¿Cómo sentirme sola si cada día conozco personas diferentes, tanto locales como viajeros de multitud de países y muchos de ellos se convierten, además en amigos?
Creo que el sentir miedo, hastío o soledad depende de cada uno, y también lo puedes sentir en tu propia ciudad, incluso acompañado o en tu propia casa, ¿no?
Otras veces, en algunos países que visito, me preguntan por qué viajo sola y si no tengo marido. En ese momento siempre pienso si esa misma pregunta me la harían si fuera un chico. Cuando converso sobre este tema con otros viajeros y viajeras suelo comprobar que esa pregunta normalmente va dirigida a nosotras. Ojalá llegue el día en que esto esté totalmente normalizado y no parezca raro, peligroso, aburrido o solitario para una mujer el viajar de esta forma, descubrir lugares maravillosos, conocer otras culturas, apreciar la belleza del mundo, compartir con personas desconocidas que en su mayoría son buenas, entrañables, y tienen tantas ganas de conectar como un@ mism@. No pretendo convencer a nadie, pero sí creo que afortunadamente hay muchísimas formas de felicidad. Es genial que cada uno encontremos la nuestra y la vivamos plenamente, (y respetemos la de los demás, sin juzgar) 😉😄😄
Comparto con vosotr@s algunos de los momentos mágicos de conexión con otras personas y viajer@s. Como siempre, estas conversaciones, amistades y encuentros es lo más bonito y enriquecedor que me traigo de vuelta en mi mochila. Agradezco profundamente a todos los viajer@s y chilen@s que he conocido estas semanas por las charlas, risas y momentos compartidos… Nos vemos por el mundo!