Puede que te enganche su
despliegue de lujo, la ostentación de la que hacen gala los hoteles y
casinos, el derroche de placer para los sentidos, o que te agobie esa
sensación de artificialidad, de que todo es irreal, de mentira, un burdo
montaje para impresionarte y que te envuelva esa ola de consumismo y
superficialidad… No obstante, lo qué está claro es que Las Vegas jamás
te dejará indiferente…
habitantes que tiene más de 150 hoteles, muchos de ellos de lujo y con
capacidad para miles de personas, (su hotel-casino más grande, el
Caesar’s Palace dispone de 7.000 habitaciones).
En Las Vegas se pueden escuchar las canciones de los gondoleros que
pasean sus góndolas por los canales del Venezian Hotel, admirar réplicas
de la Fontana di Trevi o el David de Michelangelo en el Caesar’s
Palace Hotel, ver la Estatua de la Libertad o Little Italy en el New
York, New York Hotel o la Tour Eiffel en el Paris Hotel, todo ello sin
salir de la misma avenida.
espectáculos gratuitos: la erupción de un volcán en Le Mirage Hotel, un
abordaje de piratas con efectos pirotécnicos en el Treasure Island Hotel
o una preciosa combinación de luces, música y agua en las fuentes del
Bellagio Hotel.
mí me ha impactado muchísimo… un enorme índice de vagabundos, de
drogadictos deambulando por las calles, prostitución, drogas y alcohol
como nunca antes había visto… y muchas personas que no pueden
controlarse y pierden miles de dólares en una sola noche.. «What
happens in Las Vegas stays in Las Vegas»… No lo creo…