Con más de cuatro millones de habitantes, Guayaquil es la ciudad más grande de Ecuador, mayor incluso que la capital del país, Quito.
Guayaquil es una ciudad muy viva, con zonas muy modernas y con varias visitas interesantes: la Catedral, el Malecón, el Parque de las Iguanas, el cerro de Santa Ana…
viaje a Itaca
Fin de mi primera etapa (Perú)
Hoy dejo el primer país de mi viaje y parto con rumbo al siguiente destino: Ecuador. El balance de esta primera etapa ha sido muy positivo y enriquecedor. El primer día me asaltaron algunas dudas, me encontré con algunas personas que, intentando aconsejarme, me decían que Lima era peligroso para una extranjera viajando sola, que no llevase mochila ni cámara a la vista, que no hablase con desconocidos ni preguntase nada a nadie… Obviamente todos estos consejos eran más bien…imposibles de seguir. Una de las cosas que más me gusta de viajar como lo hago es todo lo que comparto con la gente que voy conociendo por el camino, sobre todo la gente local. Me apasiona compartir experiencias, conversaciones, puntos de vista… y aprender de todo ello.
Es precisamente es ese momento, cuando te relajas, abres tu mente a otros puntos de vista, a otras realidades, aprendes de los demás y puedes compartir momentos muy especiales con personas que han nacido a miles de kilómetros de tí, en un ambiente y cultura muy diferente, pero que, al fin y al cabo, comparten la mayoría de las veces unas mismas inquietudes y valores en su vida.
Te das cuenta entonces de que es más lo que nos une que lo que nos separa.
Creo también que cuando viajas es mejor confiar en los demás, dependes de ellos para poder vivir en tu camino, y esa dependencia es maravillosa, el ser humano lo es, encuentras más bondad de la que imaginabas. Eso no implica no prestar atención y tener cuidado, pero creo que es mejor confiar en los demás, eso te permite descubrir, conocer y comprender al otro.
nos acompañaba por el Amazonas
Con Beatriz y con Irma, de Lima
En Lima, con Renzo, comiendo anticucho, (brocheta
de corazón de vaca, muy típico y buenísimo)
* Restaurante: Anticuchos Grimanesa, Avda. Ignacio Merino, 466, en Miraflores, Lima.
Cuzco, el ombligo del mundo
Además Cuzco es la puerta para poder descubrir el Valle Sagrado de los incas, una visita obligada para conocer la cultura inca y preinca, con lugares tan interesantes como Ollantaytambo, Pisac, Chinchero, Tambomachay, Pukapucara o Qenqo. En ellos se pueden encontrar ruinas arqueológicas que nos muestran el talento de los incas como ingenieros, arquitectos o astrónomos.
Recomendaciones:
* Hospedaje: Hostal Mallqui, calle Nueva Alta, 444, Cusco.
* Restaurante: La Pucara, calle Plateros, Cusco
Mi particular viaje a Ítaca
Cuando emprendas tu viaje hacia Ítaca
debes rogar que el viaje sea largo,
lleno de peripecias, lleno de experiencias.
No has de temer ni a los lestrigones ni a los cíclopes,
ni la cólera del airado Posidón.
Nunca tales monstruos hallarás en tu ruta
si tu pensamiento es elevado, si una exquisita
emoción penetra en tu alma y en tu cuerpo.
Los lestrigones y los cíclopes
y el feroz Posidón no podrán encontrarte
si tú no los llevas ya dentro, en tu alma,
si tu alma no los conjura ante ti.
Debes rogar que el viaje sea largo,
que sean muchos los días de verano;
que te vean arribar con gozo, alegremente,
a puertos que tú antes ignorabas.
Que puedas detenerte en los mercados de Fenicia,
y comprar unas bellas mercancías:
madreperlas, coral, ébano, y ámbar,
y perfumes placenteros de mil clases.
Acude a muchas ciudades del Egipto
para aprender, y aprender de quienes saben.
Conserva siempre en tu alma la idea de Ítaca:
llegar allí, he aquí tu destino.
Mas no hagas con prisas tu camino;
mejor será que dure muchos años,
y que llegues, ya viejo, a la pequeña isla,
rico de cuanto habrás ganado en el camino.
No has de esperar que Ítaca te enriquezca:
Ítaca te ha concedido ya un hermoso viaje.
Sin ellas, jamás habrías partido;
mas no tiene otra cosa que ofrecerte.
Y si la encuentras pobre, Ítaca no te ha engañado.
Y siendo ya tan viejo, con tanta experiencia,
sin duda sabrás ya qué significan las Ítacas.
Konstantínos Kaváfis