Guayaquil, la gran urbe ecuatoriana

Con más de cuatro millones de habitantes, Guayaquil es la ciudad más grande de Ecuador, mayor incluso que la capital del país, Quito.
Guayaquil es una ciudad muy viva, con zonas muy modernas y con varias visitas interesantes: la Catedral, el Malecón, el Parque de las Iguanas, el cerro de Santa Ana…

Catedral de Guayaquil
Parque de las Iguanas
No hay que perderse su Parque Histórico, donde pueden verse guacamayos, osos perezosos, monos, etc, zonas de bosque y selva, edificios del Guayaquil antiguo… muy interesante y muy bien cuidado.
Osos perezosos en el Parque
Histórico de Guayaquil
En Guayaquil he tenido la suerte de contar con anfitriones de excepción, Paulo y Carmen, que me han enseñado sitios muy bonitos de la ciudad. Además, Verónica Rivas, la madre de Paulo, pintora y escultora, presentaba una exposición de arte en Guayaquil a la que tuve el honor de asistir, así conocí a la familia de Paulo… ¡simplemente encantadores!
Con la familia de Paulo en la Exposición
de Verónica Rivas, Guayaquil
Recomendación:
*Alojamiento: Hostal Dreamkapture, Alborada, avda. Sixto Bernal.

Fin de mi primera etapa (Perú)

Hoy dejo el primer país de mi viaje y parto con rumbo al siguiente destino: Ecuador. El balance de esta primera etapa ha sido muy positivo y enriquecedor. El primer día me asaltaron algunas dudas, me encontré con algunas personas que, intentando aconsejarme, me decían que Lima era peligroso para una extranjera viajando sola, que no llevase mochila ni cámara a la vista, que no hablase con desconocidos ni preguntase nada a nadie… Obviamente todos estos consejos eran más bien…imposibles de seguir. Una de las cosas que más me gusta de viajar como lo hago es todo lo que comparto con la gente que voy conociendo por el camino, sobre todo la gente local. Me apasiona compartir experiencias, conversaciones, puntos de vista… y aprender de todo ello.
Es precisamente es ese momento, cuando te relajas, abres tu mente a otros puntos de vista, a otras realidades, aprendes de los demás y puedes compartir momentos muy especiales con personas que han nacido a miles de kilómetros de tí, en un ambiente y cultura muy diferente, pero que, al fin y al cabo, comparten la mayoría de las veces unas mismas inquietudes y valores en su vida.
Te das cuenta entonces de que es más lo que nos une que lo que nos separa.
Creo también que cuando viajas es mejor confiar en los demás, dependes de ellos para poder vivir en tu camino, y esa dependencia es maravillosa, el ser humano lo es, encuentras más bondad de la que imaginabas. Eso no implica no prestar atención y tener cuidado, pero creo que es mejor confiar en los demás, eso te permite descubrir, conocer y comprender al otro.

Brindando con pisco sour, con Leo, un amigo
peruano y Manuel, una amigo mexicano
Pancho, mi guía en la selva del Amazonas
Mario, el niño barquero que
nos acompañaba por el Amazonas

Con Beatriz y con Irma, de Lima

En Lima, con Renzo, comiendo anticucho, (brocheta 
de corazón de vaca, muy típico y buenísimo)

Recomendación:
*Lectura: «Crónica del Perú. El señorío de los incas»,de Pedro de Cieza de León. Es un libro fabuloso que me ha regalado un amigo venezolano que he conocido en el camino, sobre la historia de Perú.
* Restaurante: Anticuchos Grimanesa, Avda. Ignacio Merino, 466, en Miraflores, Lima.

Cuzco, el ombligo del mundo

No me extraña que Cuzco, (o Cusco para los andinos), sea considerado el ombligo del mundo… Es realmente un lugar fascinante. No obstante, primero tienes que asimilar la broma con la que te recibe la ciudad, y que cada uno intenta sobrellevar con la mayor dignidad posible: tumbarte y reposar unas cuantas horas al llegar, ir a un ritmo pausado el primer día, comer ligero… y, cuando todo esto no funciona, tomar unas píldoras milagrosas contra el “soroche” que te calman ese temido mal de altura. Pero una vez salvado ese obstáculo, lo que Cuzco ofrece es maravilloso: una ciudad viva, amable, con una Plaza de Armas maravillosa, su espectacular Catedral, el Qorikancha, los mercadillos de artesanía, sus museos… 

Plaza de Armas en Cuzco

Además Cuzco es la puerta para poder descubrir el Valle Sagrado de los incas, una visita obligada para conocer la cultura inca y preinca, con lugares tan interesantes como Ollantaytambo, Pisac, Chinchero, Tambomachay, Pukapucara o Qenqo. En ellos se pueden encontrar ruinas arqueológicas que nos muestran el talento de los incas como ingenieros, arquitectos o astrónomos.

Ollantaytambo- Valle Sagrado
Al atardecer Cuzco es un lugar lleno de vida, con una oferta cultural amplia. Es muy interesante visitar el Centro Qosco de Arte Nativo, donde todos los días a las siete de la tarde se puede disfrutar de una muestra de danzas y músicas típicas de Perú. 
Danzas tradicionales en 
el Centro Qosqo, en Cuzco
Me ha encantado la visita a Cuzco, muy recomendable, sobre todo su tesoro de Machu Picchu , una experiencia para recordar toda la vida.

Recomendaciones:
* Hospedaje: Hostal Mallqui, calle Nueva Alta, 444, Cusco.
* Restaurante: La Pucara, calle Plateros, Cusco

Mi particular viaje a Ítaca

Me gustaría compartir con vosotros esta bella lectura que me ha enviado mi buen amigo Juan y reflexionar con vosotros en estas ideas: ¿Qué es más importante, el destino o el camino hasta alcanzarlo?
¿Es más satisfactoria la idea de alcanzar nuestra meta o lo que aprendemos y evolucionamos hasta conseguirla?
¿Deseamos un éxito rápido, un camino corto, o un camino largo y rico en vivencias que nos permiten aprender?
¿Qué importa más el Qué o el Cómo?
 
ÍTACA

Cuando emprendas tu viaje hacia Ítaca
debes rogar que el viaje sea largo,
lleno de peripecias, lleno de experiencias.
No has de temer ni a los lestrigones ni a los cíclopes,
ni la cólera del airado Posidón.
Nunca tales monstruos hallarás en tu ruta
si tu pensamiento es elevado, si una exquisita
emoción penetra en tu alma y en tu cuerpo.
Los lestrigones y los cíclopes
y el feroz Posidón no podrán encontrarte
si tú no los llevas ya dentro, en tu alma,
si tu alma no los conjura ante ti.
Debes rogar que el viaje sea largo,
que sean muchos los días de verano;
que te vean arribar con gozo, alegremente,
a puertos que tú antes ignorabas.
Que puedas detenerte en los mercados de Fenicia,
y comprar unas bellas mercancías:
madreperlas, coral, ébano, y ámbar,
y perfumes placenteros de mil clases.
Acude a muchas ciudades del Egipto
para aprender, y aprender de quienes saben.
Conserva siempre en tu alma la idea de Ítaca:
llegar allí, he aquí tu destino.
Mas no hagas con prisas tu camino;
mejor será que dure muchos años,
y que llegues, ya viejo, a la pequeña isla,
rico de cuanto habrás ganado en el camino.
No has de esperar que Ítaca te enriquezca:
Ítaca te ha concedido ya un hermoso viaje.
Sin ellas, jamás habrías partido;
mas no tiene otra cosa que ofrecerte.
Y si la encuentras pobre, Ítaca no te ha engañado.
Y siendo ya tan viejo, con tanta experiencia,
sin duda sabrás ya qué significan las Ítacas.
Konstantínos Kaváfis

Tortuga volviendo al mar después del tremendo
esfuerzo de poner sus huevos, en Tortuguero (Costa Rica)