La verdad es que la idea preconcebida con la que llegué a Guatemala no podía ser más desastrosa: «es un país peligrosísimo», «no puedes salir sola a la calle», «no cojas autobuses locales», «te roban o te secuestran»,…
Siendo sincera, con más miedo que otra cosa llegué a Guatemala, y, gracias a Dios, contradiciendo todo pronóstico, mi experiencia en este país ha sido magnífica. Sí es cierto que es un país donde hay que extremar las precauciones, sobre todo en Ciudad de Guatemala, donde hay un alto índice de delincuencia, y muchas personas tienen armas, además de haber muchas zonas de la ciudad muy pobres, y de haber todavía problemas relacionados con el narcotráfico.
Pero, una vez más, han sido muchas más las personas amables que he encontrado en el camino,con las que he podido compartir grandes momentos, risas y conversaciones…
Ahora preparada para mi siguiente destino, que estoy segura de que va a ser radicalmente distinto de lo visto y vivido hasta ahora…Las Vegas!
En La Antigua, con Ale y Jo, y nuestras
anfitrionas, Jaqui y Caroll
Con Jo (Alemania) y
Alejandro (México)
Con Gladys en el mercado de artesanía,
Ciudad de Guatemala
Comiendo en Panajachel con amigos de
varios países: El Salvador, Argentina,
Turquía, Suiza, Brasil, Guatemala…
Con Matia y Chris, (Suiza)
Comiendo en el PN Tikal con amigos
de varias nacionalidades: México,
Puerto Rico, Guatemala, Inglaterra
Recomendacion:
* Restaurante: Cafe Saul, zona 10
* Alojamiento: Hostal Los Lagos, al lado del aeropuerto, Ciudad de Guatemala.