Fin de mi novena y última etapa (Tailandia)

En este destino he tenido la suerte de encontrarme con algunos ángeles,
que me han ayudado en alguna situación un poco más complicada, y que me
han hecho afianzarme en la idea de que lo más importante es creer siempre
que todo ir
á bien, confiar en la vida. De nuevo, las personas y las
relaciones que he podido entablar en mi camino es lo más bonito que,
afortunadamente, me llevaré de vuelta a casa en mi mochila…

Con New, en Bangkok
En Bangkok, con Ami y
 Saori, (Japón)
Con Mady, (Pakistán), en Bangkok

En Bangkok, con Alvaro y 
Yasmina, (Madrid)

 Con Nadine (Inglaterra), en Chiang Rai

Con una estudiante tailandesa en el 
templo del Buda esmeralda, Bangkok

Chiang Rai, en la frontera natural tailandesa del río Mekong…

Una de las paradas interesantes en el camino de Chiang Mai
a Chiang Rai es el Templo Blanco, es espectacular ver los destellos de colores
que producen sus cristales y pequeños azulejos a la luz del sol…
El camino de entrada al Templo es una alegoría de las almas que están en el infierno y quieren escapar. El templo representa el nirvana.
 Templo Blanco
 Entrada al Templo Blanco
Chiang Rai es la población que limita en
el norte de Tailandia con otros dos países, Myamair, (antigua Birmania) y Laos.
Desde ahí se puede observar el Triángulo de Oro, un pequeño islote triangular
donde se comerciaba unas tres o cuatro veces al año, durante la estación seca,
(durante la estación de lluvias ese islote desaparecía por la crecida del río
Mekong), y la moneda de cambio era el oro, de ahí que se le conozca como el
Golden Triangle. 


 Golden Triangle, (Myamair,
 Laos, Tailandia)
En esta zona Tailandia hay también, por tanto, una gran mezcla
de diferentes etnias.
Conociendo las costumbres de
 la tribu de Akha

Tam Coc, el relajante paisaje en medio de los arrozales…

Este espacio natural, que se disfruta paseando con una
barquita por el rio Ngo Dong, muestra un paisaje maravilloso de rocas en medio
de arrozales en los que los pescadores siguen realizando su labor de la forma
tradicional. 
Se encuentra a unas tres horas en coche de Hanoi y es una visita muy recomendable.
 Tam Coc
Barcas por el rio Ngo Dong
Tam Coc desde el rio
Pescadores Tam Coc

Fin de mi séptima etapa (Camboya)

De nuevo vuelvo a hacer balance y mi etapa en este país ha sido muy positiva y enriquecedora, han sido tan sólo cinco días, en los que, sobre todo, he tenido la oportunidad de conocer una de las Maravillas del Mundo, los templos de Angkor y a un pueblo generoso, amable y con ganas de superar poco a poco su historia pasada de dolor y escasez. 
Ojalá que ese día en que Camboya tenga una situación más próspera y digna para su gente llegue pronto…

En tuk-tuk a la llegada a Siem Reap

 Con un monje budista

Siem Reap, algo más que la guardiana de los templos de Angkor…

Esta ciudad no sólo es la antesala de los imponentes templos de Angkor.
También es una ciudad donde se puede aprender bastante sobre la historia
que ha definido la actual Camboya. 

Tengo que decir que es un sabor
agridulce el que tengo en este momento, pues aunque hay rincones muy
bonitos para ver en Siem Reap, como su mariposario, sus pagodas o su Old
Market, me ha impactado mucho conocer la realidad que ha vivido este
país.

 Pagoda
Mariposario de Siem Reap

Camboya ha sido una nación maltratada por guerras con países
colindantes y por una atroz guerra civil que le llevó a uno de los
genocidios más aberrantes del pasado siglo, cuyos estragos se siguen
padeciendo por la población. Se estima que existen todavía en Camboya
unos 5 millones de minas antipersona, y actualmente 1 de cada 250 camboyanos son víctimas de las minas. En el Museo de Minas Antipersona se
puede obtener mucha información sobre este tema, gracias a la
impresionante
labor de su fundador, Aki Ra. Recogen donaciones en:
www.cambodialandminemuseum.org

Museo de Minas Antipersona


Otro hecho impactante ha sido conocer algo más del genocidio llevado a
cabo durante los años 70, en los «3 años, 8 meses y 20 días del mandato de Pol Pot». Es curioso, aquí recuerdan este tiempo así, (como
si de una condena se tratase) y fue bajo su régimen que se llevó a cabo el exterminio de unos
3 millones de personas, en su mayoría chicos jóvenes y bien preparados.
Es doloroso ver el sufrimiento que ha vivido este país durante tanto
tiempo, y aún hoy, con todas las minas que aún quedan. 

Restos de cadáveres de personas 
asesinadas durante el genocidio

A Camboya le
queda todavía un largo camino por recorrer hacia una vida digna de su
gente, hay mucha pobreza en el país, ojalá que pronto disfruten por fin de una mejor
situación…

Lago

Fin de mi sexta etapa (Malasia)

Han sido sólo
cinco días los que he estado en este país, en su capital, Kuala Lumpur, pero
este tiempo me ha bastado para descubrir un lugar único, muy recomendable para
visitar, con una gran diversidad cultural y también con paisajes, playas y
rincones ideales para perderse y desconectar. 

De nuevo me llevo una grata
experiencia del contacto con la gente que he conocido en mi camino por este país.
Tengo que reconocer que venía con algún prejuicio sobre el carácter de los
musulmanes, y de nuevo se rompen mis esquemas, la gente que me he encontrado se
ha desvivido por ayudarme y por hacerme sentir como en casa… 

Con Julia (Alemania), en Chinatown

 Con una familia hindú en las Batu Caves

 Con una chica hindú en la Cueva Templo

Reflexiones de una viajera (IV)

No me acostumbro. Ya
sé que me queda mucho
por recorrer en mi camino hacia la tolerancia y también sé que lo estoy analizando con mi prisma
de valores occidental, pero cada vez que veo a una chica con un burka siento
como un pellizco en el corazón.
 Tanto si es por razones culturales,
religiosas o por tradición
familiar, o por una mezcla de todas ellas, para mí es algo así como si decides meter una preciosa
flor en una caja para evitar que su belleza o su olor te seduzcan y quieras
tocarla. Sólo que la
gran diferencia es que en este caso esa flor es un ser humano, piensa, siente,
sonríe, se ruboriza, se
enfada, se asusta.. pero muchas de esas emociones no puedes verlas, porque están escondidas detrás de una tela oscura.
Orquídea
Tengo que reconocer que incluso se me ha escapado alguna lágrima con alguna de las escenas que
he visto: una mamá con un burka intentando calmar a su bebé en el carrito, que
estaba llorando, por ejemplo. Por qué privar a tu hijo de poder disfrutar de tu
sonrisa, de la dulzura de tu rostro al mirarle? O una ni
ña de unos cinco años
vestida de negro de los pies a la cabeza mirando mi camiseta rosa y mi pantalón
de colorines. No me acostumbro.
Ayer estuve hablando con una chica de mi edad, bastante
rato. Ella llevaba un burka negro, sólo se le veían los ojos, me di cuenta de que había desarrollado una
capacidad especial para ser mucho más expresiva que otras personas al hablar. Con
sus ojos me transmitía emoción. Me hubiera gustado preguntarle porqué lo llevaba o,
simplemente, si era feliz así o si tan s
ólo estaba resignada. Pero, lamentablemente, la profundidad de la conversación
no daba para eso.. Me quedé con la duda. Me gustaría llegar a entenderlo. Si esa
cárcel es consentida o impuesta. Pero saber la respuesta de verdad.

Me da mucho
que pensar. En una sociedad y en una familia en la que eso es lo que te hace
formar parte de tu grupo, afianzar ese sentimiento de pertenencia que todos
buscamos, desde peque
ños, ese querer que nos quieran, que nos acepten.. qué haríamos
cada una de nosotras si el decir “no”, el seguir otro camino implicase el rechazo generalizado de las
personas que más quieres?

Reflexiones de una viajera

Hoy no voy a hablar de ningún lugar en concreto, sino de algunas reflexiones que me gustaría compartir con vosotros. Estoy en el ecuador de mi viaje, ya llevo un mes y medio viajando con mi mochila, conociendo lugares fantásticos y ciudades maravillosas. Pero lo que más me está enriqueciendo en este viaje es, sin duda, la gente y los amigos que estoy conociendo en el camino. Las conversaciones compartidas con ellos no tienen precio, son momentos únicos que me están permitiendo aprender muchísimo con y de los demás.
Como me dijo un buen amigo, Javier, antes de emprender este viaje… Es una peregrinación, un viaje de descubrimiento, tenía toda la razón, está resultando una vía de conocimiento de mí misma, a través de los demás, hacia fuera y hacia dentro al mismo tiempo. He compartido momentos de conexión, por ejemplo, con una familia ecuatoriana, hablando de la situación social y política de su país, con una amiga de China que vive en Washington hablando de la realidad laboral china o con una amiga de Guatemala sobre la situación de la mujer en su país.

Jardín Botánico, Golden Gate 
Park, San Francisco

Creo que en la vida es importante pararse a pensar, de vez en cuando, dónde estamos y hacia dónde queremos ir… Cuestionarnos si lo que estamos haciendo, o lo que somos, es lo que realmente queremos ser y hacer. Esto es algo que he compartido con muchos viajeros, y en muchas ocasiones hemos coincidido que el viaje nos está permitiendo «tomar perspectiva» de nuestra vida, poder analizar y poder elegir hacia dónde queremos dirigirnos. Qué curioso, aunque no es siempre necesario emprender un viaje, el tomar esa distancia quizás ayuda a enfocarse mejor. Conocer otras formas de ver la vida, otras culturas, algo más allá de los «muros de tu jardín»… Y, de nuevo, hace falta saltarse las normas, salir del camino convencional, y, por supuesto… lidiar con las barreras que nos podemos encontrar para ello. Cuando te sales del camino que los demás «esperan que sigas» tienes que estar preparado para tener que responder a personas que van a verte raro, diferente… De todas las veces que he tenido que enfrentarme a esta situación me hizo gracia la que que viví en un aeropuerto en USA, donde el policía del control de pasaportes, (se escudan en su situación de poder que les da supuestamente derecho a preguntar todo lo que se les ocurra…) empezó a cuestionarme por qué viajaba sola… Mi respuesta no pudo ser más sencilla… Y por qué no? El sonrió, pero quiso seguir indagando: No tienes marido que te acompañe? No tienes hijos? Cuando respondí que no, el fue más allá: Y no te importa? (imagino que esto lo preguntó ante mi gran sonrisa y mi cara feliz). Comprendí que era un poco absurdo intentar explicarle a este buen hombre que no me hacía realmente falta para ser feliz, pero me resulta curiosa esta cuestión… a lo que se considera «cierta edad», el salirte de lo convencional, de lo establecido, puede parecer «raro». Creo que hay muchos caminos para ser feliz, no existe solo una opción, y no es, por supuesto, la misma para todos. Lo importante es ser feliz con la opción que tu elijas, no elegir la que se supone «que te corresponde» . Me queda la duda de si este policía le hubiera preguntado lo mismo a un chico de mi edad viajando solo…  Es cierto, que también, ante mis respuestas, lo único que el me dijo fue… «Tienes suerte, yo estoy casado y con hijos y no voy a poder viajar a Francia, que es lo que siempre he querido hacer». No digo que una opción sea mejor que otra, simplemente son diferentes.. Sólo que no juzguemos lo que «debería ser», hay tantas opciones como queramos, y somos cada uno de nosotros los que elegimos… sabiendo además que, cuando queramos, podemos cambiar la dirección de nuestras vidas y tener nuevas prioridades e ilusiones.

Yosemite National Park

El Grand Canyon, un paisaje que sobrecoge…

El Grand Canyon, en el estado de Arizona, ofrece una combinación única de colores y tamaños en sus capas geológicas, que son fiel reflejo del paso de mas de 1.870 millones de años. Con unos 446 km de largo, 29 km de ancho y 1,6 km de
profundidad, el Parque Nacional ofrece un gran variedad de fauna y flora, desde el desierto
cerca del Río Colorado hasta los bosques del North Rim.

Grand Canyon
South Rim, Grand Canyon 
Desde Las Vegas se tardan unas cuatro horas en llegar al Grand Canyon, recorriendo la famosa Ruta 66. Es divertido recorrer este «camino de libertad» y encontrar apasionados moteros, grandes camiones americanos llenos de luces, coches antiguos descapotables y parar a reponer fuerzas en sus numerosos restaurantes de carretera.
 Mitica Ruta 66
Con un motero australiano en la Ruta 66
 Recomendación:

* Excursión Grand Canyon: Sweetours, Las Vegas.

Las Vegas, living la vida loca…

Puede que te enganche su
despliegue de lujo, la ostentación de la que hacen gala los hoteles y
casinos, el derroche de placer para los sentidos, o que te agobie esa
sensación de artificialidad, de que todo es irreal, de mentira, un burdo
montaje para impresionarte y que te envuelva esa ola de consumismo y
superficialidad… No obstante, lo qué está claro es que Las Vegas jamás
te dejará indiferente…

Welcome to Las Vegas

Las Vegas, en el estado de Nevada, es una ciudad de unos 500.000
habitantes que tiene más de 150 hoteles, muchos de ellos de lujo y con
capacidad para miles de personas, (su hotel-casino más grande, el
Caesar’s Palace dispone de 7.000 habitaciones).

En Las Vegas se pueden escuchar las canciones de los gondoleros que
pasean sus góndolas por los canales del Venezian Hotel, admirar réplicas
de la Fontana di Trevi o el David de Michelangelo en el Caesar’s
Palace Hotel, ver la Estatua de la Libertad o Little Italy en el New
York, New York Hotel o la Tour Eiffel en el Paris Hotel, todo ello sin
salir de la misma avenida. 
Eiffel Tower, Paris Hotel
Por la noche, muchos de los hoteles ofrecen
espectáculos gratuitos: la erupción de un volcán en Le Mirage Hotel, un
abordaje de piratas con efectos pirotécnicos en el Treasure Island Hotel
o una preciosa combinación de luces, música y agua en las fuentes del
Bellagio Hotel. 
Pero, obviamente, todo esto tiene una doble cara que a
mí me ha impactado muchísimo… un enorme índice de vagabundos, de
drogadictos deambulando por las calles, prostitución, drogas y alcohol
como nunca antes había visto… y muchas personas que no pueden
controlarse y pierden miles de dólares en una sola noche.. «What
happens in Las Vegas stays in Las Vegas»… No lo creo…
Fremont Street
Aeropuerto de Las Vegas

Además en Las Vegas hay diariamente unas 300 bodas… de ellas un 5%
serán divorcios en menos de una semana… Welcome to Las Vegas!
 Viva Las Vegas Wedding Chapel

Recomendación:
* Alojamiento: Hostel Cat, 1246 South Las Vegas Boulevard, Las Vegas.