Jodhpur y Jaipur, las ciudades coloridas

Memorial en Jodhpur

Van pasando los días y cada vez me siento más conectada con este país y su gente. La India es una explosión de colores, olores, sabores y emociones que te invade por completo. En la India no hay nada gris, todo es extremo.

Mercado flores, Jaipur

No hay saris «color pastel», (más bien son fucsias, naranjas o granates, por ejemplo), los mercados son un arcoiris de aromas infinitos que embriagan y las comidas nunca te dejan indiferente. Ahora entiendo porqué a India la amas o la aborreces. No hay término medio. Su gente es también vehemente, apasionada, y son ellos los que te paran continuamente para hacerse fotos contigo, te saludan con su «Namaste» y te miran con una sonrisa que sale del corazón y les ilumina la cara. Un país amable, espiritual y que se hace querer.

 Músico en Jodhpur

Jodhpur

Después de Jaisalmer el destino fue Jodhpur, tras 5 horas de bus. Allí merece la pena visitar el centro, la ciudad azul, perderse por sus calles, subir al fuerte y conocer la torre del reloj y sus mercados.

Templo Jodhpur

Desde allí tras 8 horas de tren, llegar a Jaipur, la ciudad rosa, para conocer el fuerte de Amber y el Palacio de los Vientos. Mañana rumbo a Agra…

 Amber
 Fuerte Amber
 Palacio de los Vientos, Jaipur

Jardines fuerte de Amber

Jaisalmer: el desierto árido de India

Desierto de Jaisalmer

Los primeros días en India han sido súper intensos, como cabía de esperar. Viajamos 8 aventureras, de distintas partes de España, un grupo fantástico. Después de llegar a Delhi cogimos un tren para ir a Jaisalmer, un trayecto de 18 horas.

Pareja india en el tren hacia Jaisalmer

Viajar en tren es una de las experiencias más fascinantes y únicas en India, que te permite comprender parte de su cultura y su forma de socializar. En la vieja estación de trenes de Delhi había miles de personas hacinadas en los andenes, familias completas sentadas en el suelo esperando su tren, muchos durmiendo, otros cientos de pie, parecía un concierto abarrotado de gente.

Desde el rickshaw

En la estación descansaba la mayor concentración de trenes que he visto en mi vida, muchos de ellos parecían de otra época… Una vez dentro del tren, parece que todo está permitido, el espíritu indio es muy flexible, puedes cambiar de asiento, compartir litera con varias personas, hablar de tu familia y tu vida con tus compañeros de vagón o compartir comida o un chai tea con otros viajeros.

Familia en un poblado en el desierto

En Jaisalmer aprovechamos para conocer el desierto a lomos de un camello y conocimos algún poblado de la zona. Es tan árido que un niño de 7 años puede no haber visto llover en toda su vida.

Gat
Lago 

Hoy he asistido a un ritual de ofrendas a Siva y me he emocionado con el canto de mantras de los monjes… Creo que ya me he enamorado de India…

Kuala Lumpur (I), un modelo de unión en la diversidad…

Malasia es
un ejemplo maravilloso de multiculturalidad y de respeto entre personas con
diferentes creencias. Se aglutinan influencias malayas, chinas, indias y hay
fuerte presencia de tres religiones, (islámica, budista e hindú), además de
otras minorías. Todo ello en un clima de convivencia y tranquilidad. Esta diversidad
se ha sabido aprovechar en Malasia de una forma modélica para reflejar la
riqueza de la fusión, la sinergia en la diversidad, gracias al abanico étnico,
religioso y cultural.

Templo hindú Sri Mahamariamman

Templo de Sze Ya
Mezquita Nacional
Kuala Lumpur
me ha sorprendido muy gratamente, he descubierto una ciudad moderna y
desarrollada, pero que conserva a su vez sus templos y mezquitas, sus barrios
tradicionales y su espíritu de ciudad acogedora.

Algunas de
las visitas indispensables en Kuala Lumpur: el templo hindú Sri Mahamariamman,
el templo chino Sze Ya, la Mezquita Nacional y la Mezquita Negara y la Mezquita
Jamek. También es interesante visitar los Jardines del Lago, donde se encuentra
el Museo de Arte Isl
ámico, el Jardín de Pájaros y el Jardín de Orquídeas, con
una variedad infinita de preciosas flores muy bien cuidadas.

Jardín de orquídeas
 Parque de los Pájaros
Lago Jardín Botánico