A cuatro horas en autobús desde Guayaquil, Puerto López es un pequeño pueblo pesquero en la costa de la Ruta del Sol y un lugar donde todos los años, en los meses de junio a septiembre, las ballenas jorobadas acuden huyendo de las frías aguas del Sur. Allí se pueden observar muchísimos de estos grandiosos mamíferos, en un magnífico ritual de cortejo, (donde el macho intenta lucirse con acrobáticos saltos para conquistar a la hembra) y donde también acuden las hembras, doce meses más tarde, para dar a luz a sus crías. Allí esperarán hasta que las crías tengan el grosor de grasa necesario para soportar las bajas temperaturas del Sur.
experiencias
Fin de mi primera etapa (Perú)
Hoy dejo el primer país de mi viaje y parto con rumbo al siguiente destino: Ecuador. El balance de esta primera etapa ha sido muy positivo y enriquecedor. El primer día me asaltaron algunas dudas, me encontré con algunas personas que, intentando aconsejarme, me decían que Lima era peligroso para una extranjera viajando sola, que no llevase mochila ni cámara a la vista, que no hablase con desconocidos ni preguntase nada a nadie… Obviamente todos estos consejos eran más bien…imposibles de seguir. Una de las cosas que más me gusta de viajar como lo hago es todo lo que comparto con la gente que voy conociendo por el camino, sobre todo la gente local. Me apasiona compartir experiencias, conversaciones, puntos de vista… y aprender de todo ello.
Es precisamente es ese momento, cuando te relajas, abres tu mente a otros puntos de vista, a otras realidades, aprendes de los demás y puedes compartir momentos muy especiales con personas que han nacido a miles de kilómetros de tí, en un ambiente y cultura muy diferente, pero que, al fin y al cabo, comparten la mayoría de las veces unas mismas inquietudes y valores en su vida.
Te das cuenta entonces de que es más lo que nos une que lo que nos separa.
Creo también que cuando viajas es mejor confiar en los demás, dependes de ellos para poder vivir en tu camino, y esa dependencia es maravillosa, el ser humano lo es, encuentras más bondad de la que imaginabas. Eso no implica no prestar atención y tener cuidado, pero creo que es mejor confiar en los demás, eso te permite descubrir, conocer y comprender al otro.
nos acompañaba por el Amazonas
Con Beatriz y con Irma, de Lima
En Lima, con Renzo, comiendo anticucho, (brocheta
de corazón de vaca, muy típico y buenísimo)
* Restaurante: Anticuchos Grimanesa, Avda. Ignacio Merino, 466, en Miraflores, Lima.
La gastronomía peruana, capítulo aparte
Creo que la gastronomía peruana merece una mención especial, dada la riqueza y la variedad de platos típicos que se pueden encontrar en Perú. Para un amante de las sopas y las cremas como yo, éste es un paraíso… la sopa criolla, (a base de leche, carne, guisantes, fideos), el aguadito de res, (carne, leche, arroz…), son algunos ejemplos.
Aguadito de res
Todo lo relacionado con las patatas en múltiples formas: papa a la guancaina, (con un salsa especial de queso, buenísima…) cuina rellena, (puede ser de queso, pollo, carne, cangrejo…).
También es muy típico el lomo saltado, (con verduras, papas) y, como postre, la mazamorra morada.
Lomo saltado
Es recomendable atreverse y probar algo más autóctono y que a los extranjeros nos choca un poco, el cuy, una especie de roedor que ellos hacen asado o la carne de alpaca, buenísima y con muchas proteínas y poca grasa.
Ceviche, fusión cocina peruana y japonesa
Recomendación:
* Restaurante La Pucara, calle Plateros, 309, Cuzco.
* Restaurante Perú Gourmet, pasaje Santa Rosa, 165, cercado de Lima.
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Cuzco, el ombligo del mundo
Además Cuzco es la puerta para poder descubrir el Valle Sagrado de los incas, una visita obligada para conocer la cultura inca y preinca, con lugares tan interesantes como Ollantaytambo, Pisac, Chinchero, Tambomachay, Pukapucara o Qenqo. En ellos se pueden encontrar ruinas arqueológicas que nos muestran el talento de los incas como ingenieros, arquitectos o astrónomos.
Recomendaciones:
* Hospedaje: Hostal Mallqui, calle Nueva Alta, 444, Cusco.
* Restaurante: La Pucara, calle Plateros, Cusco
Machu Picchu: Santuario sagrado de los incas
Las «causalidades» de la vida…
Parece algo mágico… A veces nos encontramos de repente, con situaciones, momentos o personas que llegan aparentemente a nuestra vida al azar. Yo las llamo «causalidades » porque creo firmemente en que siempre suceden por algo, tienen una finalidad, normalmente nos transmiten una respuesta, una información que necesitamos o simplemente nos confirman que hay una conexión en todo lo que nos sucede. A lo largo de mi vida he compartido esta idea con muchos amigos y siempre sonreimos ante estas causalidades, que nos hacen confiar en las intuiciones y en la vida, relajarnos y vivir el momento presente. Esta mañana estaba reflexionando en el vuelo sobre el largo viaje que acabo de emprender y me asaltaban algunas dudas: ¿Seré capaz de realizar mi sueño? ¿No será una locura?¿Y qué pasará si me surgen problemas difíciles de afrontar? Al cabo de unas horas he sacado la tablet y me he puesto a buscar algún libro para leer, y, por casualidad, (¿causalidad?), he encontrado «El laberinto de la felicidad» de Álex Rovira. (http://www.alexrovira.com/libros/libro/el-laberinto-de-la-felicidad).
Me ha encantado su mensaje, os lo recomiendo. Está escrito como un delicioso cuento, en el que Ariadna, (es mi nombre favorito), sale a buscar su felicidad después de haberlo perdido todo. Algunas ideas que me han encantado:
1) Cumplir un sueño siempre da miedo porque estamos acostumbrados a lidiar con las dificultades, pero no a recibir regalos de la vida. Por eso a veces nos boicoteamos a nosotros mismos poniendo muros imaginarios entre nosotros y nuestros sueños.
2) La felicidad es vivir sin miedo a elegir.
3) Tú eres tu propio camino.
4) La felicidad no está en las cosas que haces, sino en cómo haces las cosas: con felicidad.Y así, con estas reflexiones que comparto con vosotros, llego a mi primer destino: Lima.
A llenar la mochila…
Ahora ya empieza la cuenta atrás… Han sido tres semanas de locura, con todos los preparativos, billetes, visados, vacunas, reservas.. Aún teniendo poco tiempo para prepararlo todo lo he hecho con tanta ilusión que me ha cundido el doble.. es esa sensación de que «fluyes», de que el tiempo pasa volando, estás absorto en lo que haces, porque como te apasiona no ves pasar las horas.
Mi ruta incluye conocer 9 países en los próximos 3 meses, empezando por Perú.
Ahora es momento de empezar a llenar la mochila. Físicamente espero llenarla lo menos posible, con lo imprescindible… mi espalda lo agradecerá.
Lo que sí pretendo hacer es traerla llena hasta los topes de experiencias, vivencias, momentos compartidos con otras personas en el camino, conversaciones y, en definitiva, de aprendizaje…
Espero compartir estas experiencias y emociones con vosotros…
Mi particular viaje a Ítaca
Cuando emprendas tu viaje hacia Ítaca
debes rogar que el viaje sea largo,
lleno de peripecias, lleno de experiencias.
No has de temer ni a los lestrigones ni a los cíclopes,
ni la cólera del airado Posidón.
Nunca tales monstruos hallarás en tu ruta
si tu pensamiento es elevado, si una exquisita
emoción penetra en tu alma y en tu cuerpo.
Los lestrigones y los cíclopes
y el feroz Posidón no podrán encontrarte
si tú no los llevas ya dentro, en tu alma,
si tu alma no los conjura ante ti.
Debes rogar que el viaje sea largo,
que sean muchos los días de verano;
que te vean arribar con gozo, alegremente,
a puertos que tú antes ignorabas.
Que puedas detenerte en los mercados de Fenicia,
y comprar unas bellas mercancías:
madreperlas, coral, ébano, y ámbar,
y perfumes placenteros de mil clases.
Acude a muchas ciudades del Egipto
para aprender, y aprender de quienes saben.
Conserva siempre en tu alma la idea de Ítaca:
llegar allí, he aquí tu destino.
Mas no hagas con prisas tu camino;
mejor será que dure muchos años,
y que llegues, ya viejo, a la pequeña isla,
rico de cuanto habrás ganado en el camino.
No has de esperar que Ítaca te enriquezca:
Ítaca te ha concedido ya un hermoso viaje.
Sin ellas, jamás habrías partido;
mas no tiene otra cosa que ofrecerte.
Y si la encuentras pobre, Ítaca no te ha engañado.
Y siendo ya tan viejo, con tanta experiencia,
sin duda sabrás ya qué significan las Ítacas.
Konstantínos Kaváfis