Ayer fue un día muy especial. Desde que llegué a Abidjan por la tarde estoy muy cansada, floja de ánimo, con dolor de espalda, (me han explicado que es a causa de la medicación contra la malaria que estoy tomando, que te hace tener los mismos síntomas que la enfermedad, aunque mucho más atenuados y sin fiebre). Pero ayer fue diferente. Estoy segura de que fue por el subidón de energía que tuve durante el día. Tuve la oportunidad de compartir una formación sobre empleo y desarrollo de competencias con 25 mujeres. 25 mujeres empoderadas, llenas de fuerza y con ganas de liderar su vida y tomar sus propias decisiones. Os aseguro que esto no es nada fácil aquí. Son estudiantes universitarias, profesoras y coordinadoras de formación de grupos de mujeres sin formación pero que quieren aprender a ser autónomas y no depender de otros. Mujeres que no lo han tenido fácil para llegar donde están, pero que quieren opinar, que se les escuche, que se tenga en cuenta lo que piensan. Me emociona ser testigo de su fuerza y su valentía, en un camino que en otros países tenemos ya más fácil y aquí todavía está por hacer. Algunas veces me han preguntado cuáles son los mayores retos en mi trabajo y siempre digo que estos momentos son para mí los desafíos más grandes y más bonitos. Comprobar la pasión, la fuerza y las ganas de cambiar el status quo que tienen estas mujeres me revuelve muchas cosas por dentro y me ofrece muchas lecciones de superación y aceptación que me llevo en mi mochila. Aceptación (sin queja) pero con ganas de contribuir a la solución, (no al problema).
Seguiré aprendiendo de mis maestras en los días que me quedan en Costa de Marfil 😊😊
Esta tarde salgo de viaje a Yamussukro, la capital del país, para impartir allí formaciones con otros equipos de la entidad, os iré contando…
Comparto con vosotr@s algunas fotos de los momentos que estoy viviendo aquí… Un abrazo grande!