De nuevo vuelvo a hacer balance y mi etapa en este país ha sido muy positiva y enriquecedora, han sido tan sólo cinco días, en los que, sobre todo, he tenido la oportunidad de conocer una de las Maravillas del Mundo, los templos de Angkor y a un pueblo generoso, amable y con ganas de superar poco a poco su historia pasada de dolor y escasez.
Ojalá que ese día en que Camboya tenga una situación más próspera y digna para su gente llegue pronto…