Además hoy he buscado un alojamiento diferente al que tenía planeado: ayer llegué de madrugada a la ciudad y el taxista, preocupado, me recomendó fervientemente cambiar de hotel cuando le di la dirección.. Según sus palabras, «el tenía madre y hermanas y ese hotel y esa zona no eran para alguien como yo». Creo que en el camino hay que ser flexible, adaptarse a los cambios y, por supuesto, escuchar las «señales», así que agradecí al señor su consejo, fui a otro hotelito, (aún perdiendo la reserva) y hoy ya he encontrado otro alojamiento mejor y muy económico. Hoy, además, he entendido a qué se refería el señor taxista, y le agradezco su recomendación 😉
Esto es una de las cosas que me gustan y he aprendido de viajar sola, la dependencia de los otros y que abres tu mente y tu forma de relacionarte con los demás y que siempre hay buena gente en el camino dispuesta a ayudarte..
Hoy he conocido también el Jardín Botánico, muy recomendable y con mucha variedad de especies, muy cuidado y he probado el ajiaco, plato típico colombiano.














